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Norias de la época andaluza para regar la España seca y desierta

Eco de España en árabe

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Traducido por: A. Abdul Wahab Al-Túnez

Miles de kilómetros de canales excavados durante el período islámico fueron abandonados y abandonados a mediados del siglo XX. Un proyecto de la Universidad de Granada pretende utilizarlo para reformar los medios de vida de los residentes rurales y combatir el cambio climático

(Al-Saqiya: El canal que riega la tierra y los cultivos – plural: Saqiyat y Saaqiya) En el idioma español existen más de cinco mil palabras de origen árabe, y aquí notamos que la palabra Saqiya todavía se usa y se pronuncia “teca”. Estos canales llevan funcionando más de mil doscientos años en muchas regiones, especialmente en la conocida como Granja de España, que es la provincia de Murcia.

Al-Marwin está trabajando para restaurar uno de los rincones de la época nazarí, el Reino de Granada, conocido como el estado nazarí de Granada.

En la cima del monte Sombrero, que domina el norte de la ciudad de Granada, José María Cevantos, catedrático y doctor en historia y arqueología medieval, señala un arroyo de unos cinco metros de ancho y dos de profundidad, lleno de maleza y basura, que cruza la pendiente en diagonal. Se trata de la noria “Ainadamar”, y tenemos documentado que desde hace mil años, desde el siglo XI, suministra agua a los vecinos del barrio del “Albaicín”, montaña situada frente a la Alhambra de la ciudad de Granada. Los artesanos que en los siglos XIII y XIV subieron a la Alhambra para construir palacios nazaríes o las fuerzas de los reyes católicos que ocuparon el reino nazarí en 1492 se abastecían del agua que circulaba por estas norias”, dice “Thephantos”. pie de la noria, que se asciende unos siete kilómetros, atravesando el Valle de Víznar, lugar donde fue asesinado el poeta Federico García Lorca, hasta el manantial Grande de Alfacar, donde brota el agua.

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La noria “Aidenmar” fue abandonada a mediados de los años 80, tras más de mil años de uso, cuando el trazado de la carretera de Granada a Murcia cortó varios tramos de su cauce, pero el proyecto de la Universidad de Granada, desarrollado El laboratorio MEMOLab, que cuenta con financiación de la Fundación Agua Granada, la empresa EMASAGRA e Hydralia, reiniciará esta línea de canales durante el primer trimestre de 2022. “Retiraremos la paja y residuos que se acumulan, conectaremos los tramos separados y permitir que el agua fluya hasta el campus de la Universidad de Granada, para regar sus jardines”, explica Cefantos.

Pero la noria “Aydinmar” es sólo una pequeña parte de los sistemas de riego que los árabes construyeron durante casi ocho siglos en la Península Ibérica, y a partir de los años sesenta y setenta fue abandonada y sobre ella se acumularon malas hierbas y basura de papel vaciando los pueblos de residentes. y presionar al sector agroalimentario a favor de un modelo de explotación intensiva, con sistemas de riego presurizados importados, incompatibles con los métodos tradicionales.

Trabajos de recuperación de otra de las acequias.
Trabajo de recuperación desde el final de las piernas.

Para evitar este abandono, en 2014, la Universidad de Granada puso en marcha un programa de recuperación y limpieza de mujeres, el primero de ellos en la localidad de Canar, “en Al-Basharat (Al-Bukhari)”. (Español: La Alpujarra, a veces: Las Alpujarras) En la provincia de Granada, “donde un pequeño grupo de unos 200 ciudadanos comenzaron a reactivarlo tras años de abandono. La universidad aportó recursos, grupos de voluntarios y el Complejo de Riego les preparó una finca en la montaña para albergarlos con los materiales necesarios. Durante un mes, los estudiantes y voluntarios trabajaron hasta que se limpió la Noria de Barcazas. “Cuando empezó a correr el agua, por primera vez en unos 30 años, hubo una celebración (la Fiesta del Agua), que desde entonces repetimos cada mes de marzo”, recuerda Cayetano Albarez, responsable del Complejo de Regantes del Cañar, cuya finca está Allí se encuentra una de las muchas fincas que se beneficiaron del flujo de agua de la Saqia árabe, que ocupa una superficie de dos hectáreas y donde ahora se cultivan ajos y judías.

Pero además, el sakiyat fortaleció los vínculos sociales, pues su cuidado requería la cooperación de toda la comunidad. “Tenemos una noria que se encarga de que no se acumulen hojas y malas hierbas en la noria cuando atraviesa los robledales. Por lo demás, nosotros y los vecinos organizamos nuestros asuntos para mantener su limpieza y repartir los derechos de agua. El Tribunal Regulador de Aguas para resolver los conflictos creados por los andaluces sigue funcionando hasta ahora en la Gobernación de Valencia, y recientemente será trasladado a otras zonas. , no sólo en “Canillas” sino con otras ciudades como “Urguiba”, lo que también se beneficia”, afirma el agricultor Al-Bashrawi (Al-Bukhari). En 2015, un año después de su entrada en funcionamiento, la noria “Barkhes” fue reconocida por sus prácticas de “primera categoría”, en la categoría “Mejora Regional”, por la asociación “Hispania Nostra”.

Varios trabajadores y voluntarios excavan para recuperar una de las acequias de época nazarí del área de Granada.
Numerosos trabajadores y voluntarios excavan para recuperar una noria de Nasriya en la comarca de Granada

“Desde entonces, hemos cooperado en la restauración de 14 norias que estaban abandonadas, algunas incluso desde hace 40 años, y hemos participado en la limpieza anual de al menos otras treinta norias. Esto supone trabajar en más de 80 kilómetros de canales y la participación de unas 1.500 personas”, resume Thephantos, que combina la defensa de la agricultura tradicional con el uso de las últimas tecnologías o el uso de las redes sociales para organizar voluntarios para estas iniciativas. Pese a los esfuerzos realizados, el reto actual es enorme, ya que sólo en las proximidades de la “Sierra Nebada” existe una topografía en el campo de unos 3.000 kilómetros de Saguias, aunque “Thephantos” estima que sólo en las provincias de Granada y Almería serán alrededor de 24 mil

“Pero no es sólo una cuestión de voluntariado y recursos, sino también de reconocimiento social hacia la actividad rural y agrícola y los conocimientos naturales locales, científicamente válidos en la mayoría de los casos, que han generado toda la perspectiva natural, de valores culturales y ambientales que representan “un tremendo capital y la clave para asegurar nuestro futuro como calidad de vida”, añade “Thephantos”.

Revolución económica

En el año 711 d.C., tras la brillante campaña militar que acabó con el dominio de los godos con la entrada de árabes y musulmanes en la Península Ibérica, los musulmanes dejaron a un lado espadas y lanzas, tomaron picos, palas y aperos de arado y comenzaron cavando canales, aprovechando las pendientes del terreno y utilizando palos y piedras para construir presas. Esta palabra aún existe para describir las presas árabe-andaluzas con casi la misma pronunciación junto a los ríos, tal y como las veían sus antepasados. haciendo en el Levante y la Península Arábiga. “El riego y la gestión del agua fueron esenciales para el desarrollo económico de Andalucía. Sólo así se explica el esplendor de los omeyas y la grandeza de su califato en Córdoba”.

Aunque en la Península Ibérica ya existían sistemas de canales muy desarrollados, como los altos acueductos romanos, los árabes situaron el riego en el centro del sistema productivo. A las norias, drenajes de agua, balsas y estanques se les atribuyó la introducción de nuevos cultivos que trajeron de regiones tropicales estacionales y su adaptación al clima mediterráneo, como los cítricos, la caña de azúcar, el algodón, el arroz, la alcachofa o las espinacas. Se conocen estos cultivos, que se pronuncian en español casi como en árabe, pero también facilitaron una creciente diversificación de la producción, que generó un excedente imprescindible para el desarrollo de la industria y el comercio en ciudades como Almería o la propia Granada. El profesor de la Universidad de Granada explica: “Un ejemplo claro es el cultivo de moreras, incluida la alimentación de gusanos de seda para producir seda, que las mujeres campesinas se encargaban de su reproducción, lo que provocó un auge de la actividad económica y la exportación de seda y tejidos de Almería a los países del Mediterráneo y a toda Europa”.

La expulsión final de los musulmanes andaluces (los moriscos), a finales del siglo XVI y principios del XVII, supuso un final abrupto a este modelo económico integrado.

Un artículo de la sección de cultura del diario español “El País”, uno de los diarios de mayor circulación.

Traducir el artículo del español. Abdul Wahab Al-Túnez

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